martes, 1 de mayo de 2012

LA MUJER Y EL HILO

                                                                                                    
Pasando a otros derroteros y en relación al feminismo de la diferencia, algunas artistas  encontraron en los trabajos tradicionalmente vinculados a la mujer una vía reivindicativa que abrió el debate entre arte y artesanía. El uso del textil cobró gran importancia en este sentido, como veíamos en las obras de Chicago, Schapiro o Trockel, iniciándose una brecha crítica en los 80 que cuestionaba el hecho de que el textil y sus procedimientos hubieran entrado en el sistema artístico por referir y señalar la condición de mujer[1]. El 25 de junio de 1992 Graciela Baquero realizó la performance La mujer y el hilo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La artista se introdujo un ovillo de hilo blanco en la boca intentando buscar el comienzo de la hebra. Al encontrarlo iba tirando de él, dejándolo caer sobre una mesa. Con la otra mano cortaba el hilo y procedía a limpiarse la boca con un pañuelo. La acción se repetía tres veces de forma consecutiva.
Busca la hebra, la encuentra, tira de ella y la corta. Busca la hebra, la encuentra, tira de ella y la corta. Vuelve a buscar la hebra, la encuentra, tira de ella y la corta. Son intentos reiterados de sacar a la palestra la costura y el bordado como trabajos típicamente femeninos que, pese a sucesivas tentativas, pese a los intentos de “tirar del hilo” para su reconocimiento, siguen valorándose como una mera manualidad. A este respecto señalar la crítica que lanzó Meter Weiber a Trockel en el catálogo de la exposición de la Kunsthalle de Basilea en 1988:
En tanto en cuanto Rosemarie Trockel utiliza este deficiente procedimiento artístico (refiriéndose al punto de aguja como técnica y a la lana como material), percibimos lo muy excluido que está lo femenino en la cultura. El material lana, el procedimiento punto y el motivo son significantes de lo femenino. Si los significantes están considerados como artísticamente deficientes, también lo estará “eo ipso” lo femenino. El primer desarme de las condiciones de la obra de arte nos muestra que la cultura no es el territorio de la mujer.  Puesto que cualquier gesto de destrozo de la cultura puede ser posteriormente culturizado, consecuentemente es posible tanto más transformar la cultura, aunque no   destruirla.[2]

Tanto Trockel como la mayoría de artistas que trabajaron en esta línea, buscaron en el hilo, el tejido, y la costura, una reacción al androcentrismo del mundo artístico, un reto a los soportes y técnicas tradicionales en un intento de demarcar un lugar propio, personal y femenino, que superase de una vez por todas las connotaciones peyorativas, como se ha visto en palabras de Weiber, tradicionalmente vinculadas a esta y otras labores  “de mujeres”. No es ya tanto una cuestión de feminismo esencialista que defiende la sensibilidad femenina, sino más bien un uso estratégico del mismo, utilizando los soportes “femeninos” para reconfigurar su concepción. La propia Spivak, pese a sus contradicciones intrínsecas, critica al  esencialismo pero afirma que siendo estratégicamente aplicado puede ser útil como herramienta de  cambio y subversión, proporcionando voz a grupos que han quedado marginados del discurso hegemónico.[3]
A su vez, Graciela reitera la acción, hecho que nos remite a la tendencia generalizada de otorgar a la mujer los trabajos más sistémicos y de repetición metódica que no requieren de una gran especialización. Metafóricamente es también, un guiño a la araña tejedora; a la joven Penélope quien se define como mujer en lo personal, en el interior del hogar, reconstruyéndose en la fortaleza de su resistencia, siendo honesta, haciendo y deshaciendo para ser fiel a un compromiso[4]. Vuelve a ser una búsqueda de la identidad y de la aportación de la mujer a la historia y a la cultura y, no siendo éste un caso aislado, volveremos a encontrar el hilo, el bordado y el tejido en varios trabajos de Graciela en su faceta de poeta visual.


[1] Larrea Príncipe, Iratxe. El significado de la creación de tejidos en la obra de mujeres artistas. Tesis dirigida por Elena Mendizábal Egialde, Universidad del País Vasco, Facultad de Bellas Artes, 2007, p. 115
[2] Citado por Larrea Príncipe, Iratxe. El significado de la creación de tejidos en la obra de mujeres artistas. Universidad del País Vasco, Facultad de Bellas Artes, 2007, p. 288
[3] Citado por Martínez, Soledad. “Política democrática radical y feminismo” en Athenea Digital, 9,  Madrid, 2006, pp. 58-64. Disponible en
[4] Herranz Pascual, Yolanda. “Coser y Callar”. Disponible en