miércoles, 14 de marzo de 2012

Narrativas indeterminadas: más allá del caos


Aernout Mik
Centro de Arte Dos de Mayo
Av. Constitución 23
28931 Móstoles, Madrid
8 febrero  - 3 junio


                El Centro de Arte Dos de Mayo acoge por primera vez en Madrid la obra de Aernout Mik (Groningen, 1962), dentro del marco de Focus Países Bajos, 2012. Comisariada por Ferran Barenblit, la exposición reúne cuatro videoinstalaciones, otorgando protagonismo al espectador, quien deberá descifrar qué ocurre en las pequeñas ventanas al mundo que abre Mik por medio de pantallas, en las que la ambigüedad, la incertidumbre y la extrañeza sumergen al visitante en microrelatos, donde a menudo, éste no consigue encontrar un lugar empático.
                Partiendo de la relevancia que Aernout otorga tanto a la estructura arquitectónica, como a la casi escultórica de sus obras, se percibe un importante cuidado por el espacio, como medida que garantiza cierta orientación al visitante, persiguiendo que éste se sienta ubicado y que toda ajenidad sea transmitida exclusivamente por el contenido de las pantallas. En efecto, la falta de narrativa, sin principio ni fin, como una sucesión en bucle de los acontecimientos, es ajena a nuestra propia percepción espacio-temporal, y si esto pudiera ser motivo de una primera desubicación, el artista trabaja en estas cuatro piezas con situaciones de colapso social, de tensiones contenidas y de caos reinante. Lo que a primera vista pueda resultarnos ciertamente familiar, como las escenas de cacheo, de protestas o de evacuaciones, se convierten, de inmediato en insólitas: intercambio de roles, comportamientos injustificados y jerarquías truncadas. Esta reiterada maniobra habla, en cierta forma, sobre nuestro propio comportamiento instintivo, que pese a movernos en un mundo cada vez más global y universalizado, subyace en nosotros un sentimiento de indiferencia hacia el otro, dando como resultado un fracaso inminente y situaciones de absoluto desconcierto en momentos que requieren unión y estrategia.
                Las situaciones estereotipadas de nuestro imaginario colectivo no responden a lo que se nos presenta. En una aparente manifestación, guardias uniformados desalojan a los manifestantes, como se contextualiza en Glutinosity (2001), pero la masa pegajosa fluye heraclitianamente menoscabando todo rol ponderado y sumiendo al espectador en un orden sin sentido que lo encierra en un auténtico “cul de sac”. Las fronteras, ese lugar de todos y de nadie es, a menudo, un lugar de conflicto social. En Training Ground (2006) nuevamente reitera la escena del intercambio de roles y el cuestionamiento sobre los sistemas de poder ¿quién tiene el poder y qué hace con él? Los personajes retratados padecen crisis de ensimismamiento y pérdida de la identidad, todos son guardias, todos son detenidos, ¿quién es quién y por qué?
                La guerra no se escatima en el recorrido, en este caso domesticada, normalizada, en secuencias de tensión contenida y personificando la desgracia humana por excelencia. Raw Footage (2006) recoge imágenes reales de la guerra de los Balcanes no mediatizadas por no ser lo suficientemente violentas, sin responder, en este caso, a lo que el espectador espera de una situación bélica. En Schoolyard (2009), ante un aparente contexto de desalojo, se suceden actos, nuevamente, de profunda incoherencia, rozando la violencia. Mit intenta deconstruir el mito de los Países Bajos como cuna de la perfecta convivencia, tras el asesinato en 2002 del político Pim Fortuyn y, dos años más tarde, del cineasta Theo van Gogh.
                Frente a la convulsión de estas situaciones el sujeto pierde la noción de su sistema jerarquizado, aceptado sin cuestionamiento, y es que “el ser no toma conciencia de sí mismo más que en las situaciones límite”, como apunta Karl Jaspers; es, ante este desorden inminente, cuando nos preguntamos dónde está nuestro lugar en un mundo en el que los límites de la norma y del poder pueden desvanecerse.

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