domingo, 18 de marzo de 2012

¿Cuánto más aparte del diseño?


 
Atelier Van Lieshout: Tribe
Galería Distrito Cu4tro
C/ Conde de Aranda 4
28001, Madrid
9 febrero – 22 Marzo

            En 1985 Joep van Lieshout (Ravenstein, 1963) fundó el Atelier van Lieshout, colectivo que, desde entonces, trabajaría imbricando varias disciplinas: arte, diseño y arquitectura. Este colectivo, reconocido a nivel internacional, es la actual apuesta de la galería Distrito Cuatro, que expone una serie de diez piezas escultóricas de última creación, titulada Tribe.
            La escultura en el campo expandido de Krauss ya ponía en tela de juicio la problemática para definir los límites de la escultura contemporánea que habían quedado completamente desbordados a partir de las manifestaciones de los sesenta. En esta línea se moverá el colectivo de Lieshout, con numerosas aportaciones englobadas en el site-specific, pero sin dejar de lado, como en este caso, el concepto más tradicional de la escultura: volvemos a los límites de la galería y al pedestal. Arte y diseño, diseño y arte; uno se pregunta dónde queda esa delgada línea que separa ambos conceptos, o puede que, quizás, no exista. Todo es diseño, decía Paul Rand –como muchos otros habían anunciado ya; recordemos a Vitruvio, por ejemplo-, y nadie pondría en duda que el diseño está presente en todo acto de creación artística, pero pese al desbordamiento contemporáneo, ¿todo es arte? Si invertimos los términos, ¿qué necesita un objeto de diseño para convertirse en eso tan polémico a lo que llamamos arte? Ser la apuesta de una galería, por ejemplo, y colocarse sobre una peana –retando a la originalidad del acto duchampiano.
            En la actual apuesta de Distrito 4 el visitante carece de cualquier dato que pueda revelar la más mínima noción conceptual de lo que se expone. No hay textos explicativos, no hay cartelas que sugieran títulos; únicamente el diálogo íntimo con las obras. Colores vivos toman forma sobre diversos materiales como el bronce, la fibra de vidrio o el foam; formas zoomorfas y antropomorfas, que parecen haber perdido toda identidad, comparten espacio con piezas de sesgo más abstracto, algunas de ellas con tendencia al mobiliario. Éstas se encuentran expuestas tanto a pie del visitante, como en peanas, y, en algunos casos, colgadas a modo de móviles. El cuidado del diseño sigue siendo evidente, pero… ¿qué más se nos está contando? Ante la extrañeza, uno recorre al auxilio de los textos, a fin de sacar mayor jugo al discurso, de dar un paso más allá. La interpretación que se propone para las obras –texto que encontramos en la página web de la galería, alude a temas de carácter social, tales como la organización del trabajo, las estructuras de poder, la revolución o el excesivo consumo reinante en nuestra sociedad, proponiendo un retorno a la organización tribal. Por supuesto, esto no deja de ser una interpretación subjetiva, que no tiene porqué limitar la libre exégesis personal de cada uno; he aquí, precisamente, la gracia del arte: dar vida a las obras desde la multiplicidad de significados. No obstante, ateniéndonos a la heterogeneidad de las piezas, desde el mobiliario chic que supone Hieronymus (2011) hasta el sesgo grotesco de Dwelling (2011), pasando por la abstracción de la obra The Farm (2011) resulta, cuando no, complicado, encontrar en ellas un discurso cohesionado. Por otra parte, intentar interpretar partiendo de las premisas de lo que la galería define, se convierte en compleja tarea, ya que, en este caso, se ha caído en un discurso que resulta, prácticamente, imposible de visualizar en la muestra.
            Con todo ello quisiera romper una lanza a favor del formalismo a la hora de visitar esta exposición: ver, degustar y disfrutar a partir de la observación detenida y minuciosa de las obras, desechando la perversa manía de correr la cortina para ver qué hay detrás. Este hecho, como diría Baudrillard “no es creer en el arte, sino en la idea del arte” y a menudo, y me incluyo en el saco, acabamos fetichizando las obras por tendencia a conceptualizarlas. Pese a ello, sigo en la duda, puede que absurda, de localizar cuánto más, aparte del diseño, encontramos en estas piezas.

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