sábado, 24 de marzo de 2012

Toda forma es un rostro que nos mira


Tony Oursler. False-Color Actions
Galería Soledad Lorenzo
C/Orfila, 5. 28010, Madrid
8 marzo – 14 abril 2012


            Pasear por el imaginario de Tony Oursler es recurrir a una dimensión anómala, donde extraños seres descontextualizados de nuestro mundo habitable son perseguidos por manías esquizofrénicas, traumas crónicos y automatismos exacerbados. Una mezcla entre vídeo, esculto-pintura y ensamblaje, entre psicodelia, grotesco y kitsch, entre lo técnicamente pensado y lo reciclado, permite al espectador degustar de la muestra de este artista que, ya por quinta vez, expone en la galería Soledad Lorenzo.
Siguiendo en su línea, innovadora y experimental, explota los recursos del vídeo, proyectando con desbordada precisión una iconografía muy personal y, a menudo recurrente, sobre elementos tridimensionales que, en apariencia inertes, cobran vida propia, transportando al espectador a esos micro-mundos creados ex profeso. Entre el movimiento real de las proyecciones, y las voces incomprensibles que inundan los recovecos de cada instalación, uno parece estar ante distintos escenarios vivientes, pero a su vez, ante uno sólo, por la reiteración iconográfica y la unicidad del recorrido. Cadenas opresoras, ojos avizores, bombas explosivas, cuerpos desnudos, en ocasiones fragmentados, calaveras, y burbujas de vidrio, a menudo personificadas con rostros parlantes, componen el leitmotiv que nos acompaña a lo largo del recorrido. Como un viaje por el interior de una casa del terror típica de feria, donde lo inesperado, lo sorprendente y lo fantástico conmueven emociones y rebotan al espectador a otra realidad, una realidad onírica, que recuerda a los universos del círculo surrealista.
           Los excéntricos personajes retratados en una esfera de realidad asfixiante parecen habitar en un universo casi kafkiano, planteándose una huida que les resulta, a menudo, imposible. Cuerpos gateando y recorriendo a cuatro patas los límites de la instalación, e incluso desbordándola a modo de sombras, parecen querer escapar inútilmente. Voces amenazadoras y llamas que sentencian, así como espacios pequeños donde se localizan figuras acurrucadas, ¿De qué huyen? ¿Qué es lo que les apresa? Con la intención de crear puentes entre lo virtual y lo físico, Oursler refleja las manías, traumas y esquizofrenias que afectan al ser humano inmerso en la presión capitalista de la sociedad de consumo. Es pues, una crítica implícita, un espejo hiperbólico de nuestra propia realidad, una realidad donde lo que ofrece esa sociedad del espectáculo definida por Debord, crea deseos que no siempre pueden satisfacerse. Fragmentación y dispersión, soledad, angustia, miedos, violencia, frustración, y en el fondo una profunda alienación, caracterizan la sensibilidad individual, pero que es, también, una sensibilidad colectiva.
            Encontramos algunas figuras de grandes dimensiones, a tamaño real, como se observa en el personaje travestido de Untitled II (2012) o en la pareja de presos de Untitled III (2012), ¿qué es real y qué simulacro? Sorprendentes son, a su vez, la recreación de pequeños mundos en miniatura escrupulosamente detallados y, profundamente hipnótico, el camuflaje de los lienzo, desde donde se pueden entrever pequeños fragmentos de vida insertos a partir de vídeos, que se convierten, una vez advertidos, en el centro de atención, como ocurre en Creeping Physiognomy (2011) o en Carousal / Arousal in blue (2011).
            El espectador, es quien acaba poniendo la guinda al pastel, puesto que es el receptor de los mensajes parlantes, aunque éstos, yuxtapuestos, sean prácticamente incomprensibles; es a su vez, contribuyente en la estética, ya que a menudo la propia silueta se proyecta entre las tinieblas, formando parte de las instalaciones; y es, por supuesto, quien interpreta, en el sentido en que “toda forma es un rostro que nos mira”, como afirmó Serge Daney, adquiriendo significado siempre y cuando sea vista. Pasen y vean, “si el simulacro es cierto y nunca es aquello que oculta la verdad”, un universo de verdad simulada.
           
             



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